sábado, 14 de noviembre de 2009

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ÓSCAR


"Todo hombre mata lo que ama".
Óscar Wilde.

Intentar de comprender la "cosmovisión" de este escritor, es como husmear en lo más "íntimo" del interior de un ser humano complejo y llamativo... y, tratándose de: Óscar Fingal O'Flaghertie Wills Wilde, es interiorizarse, en una de las mentes más brillantes, irónicas, versátiles y sagaces que nos haya podido legar la literatura universal; Óscar Wilde, nacido en Irlanda el 16 de Octubre de 1854, fue desde su infancia, un individuo tocado por la "gracia" del talento más excepcional, que lo acompañaría por el resto de su vida. Óscar, desde su juventud, demostró
una ingeniosidad innata para representar lo que acaecía y destruía a su camarilla, conglomerado que era "gobernado", desde el prisma de la "Era Victoriana", época llena de cinismos, llena de tapujos, llena de falsa moralidad, llena de anacronismos medievales, que a la larga, estaban ahogando hasta a sus ciudadanos más "conservadores"; Wilde, fue como el rayo que dividió en dos a dicha sociedad, que iba camino a la decadencia más absorbente y agobiante, Óscar, fue como el "Maná", para una juventud asqueada de tantas mentiras, que no dejaban dar el siguiente paso, que ya estaba tomando la Revolución Industrial, el llamado "Modernismo", modernismo, que a su vez, tenía su lado oscuro y desquiciado... Wilde, era mucho más que todo eso, solamente era el "reflejo" de una sociedad, que él no deseaba representar bajo ningún pretexto ni concesión, pero que se vio envuelto por el manto de su propia "Burla Wildiana", que jamás pensó que sería su propia víctima.




Óscar, un "Snob", un Dandy por excelencia, vivía por el arte y el arte vivía por él y tenía el "permiso" de mofarse de todo y de todos aquellos que lo rodeaban, Wilde, poseía el encanto de saber herir a sus víctimas, sin que éstas se dieran cuenta de tal aberrante daño; su pluma se deslizaba frenéticamente por las carreteras de las letras más bellamente decoradas con un sello de particular mordacidad, que era como su "Lacre Real"; que todo aquel que leyera sus obras, sin saber al comienzo que se trataba de Wilde, lo reconocería ipso facto. Su "estrafalaria" vestimenta, lo hacía diferenciarse del común de las personas, como deseando ser distinto al resto de los mortales y sus letras, reflejaban al máximo aquello que Óscar pretendía representar, su propia "vivencia victoriana", que lo alejaba de los estándares de aquella sociedad mojigata; Wilde, era el fiel centelleo de su propia decadencia, reflejo que lo estaba destruyendo sin remordimiento alguno.





La vida de Óscar Wilde, estuvo siempre al borde de lo permitido, su "esteticismo" por el arte, le estaba haciendo unas bribonadas que, con los años, lo harían arrepentirse de por vida, mientras la fama estaba con él, Wilde, seguía produciendo frenéticamente: cuentos, poesías, obras teatrales, comedias, aforismos, que hasta el día de hoy; son de obligada lectura, Óscar, era el "campeón" de la literatura del siglo XIX, era un "Rock Star" de las letras, un "Divino Escritor" de la lengua inglesa, era simplemente, lo que él siempre quiso ser: "un literato brillante, para su generación y para las venideras". Haciendo un paréntesis en su vida, me quiero detener en su única novela, escrita en 1891, titulada: EL RETRATO DE DORIAN GRAY, en donde su personaje principal, quien da el nombre a la novela, es la verídica representación de una sociedad caduca y farisaica, que en su tiempo, dicha obra, fue dúramente criticada, hasta tomada por obscena y anómala, sin embargo, esta novela, nos relata la solitaria vida de Dorian, que, a pesar de su beldad, éste se encontraba solitario y sin poder romper la maldición de su hermosura y de su eterna juventud, siendo aquella pubescencia retratada en un cuadro, que reflejaba la hermosura "superficial" de su alma, todo aquel que se cruzaba o que tenía "cierto" contacto con el personaje principal, sufría sendos males y desgracias, en especial, una muerte segura; lo más triste de este relato, es que Dorian estaba condenado a no poder amar, y ser amado.





Con los años, sus más cercanos iban envejeciendo, iban muriendo, pero Dorian Gray, seguía con una inmortalidad a prueba de balas, nadie sabía el cómo Gray se conservaba tan joven y hermoso, nadie comprendía el cómo lo había conseguido, simplemente, era un "secreto mortal", dicha inmunidad que poseía Dorian, lo hacían cometer los más desquiciados "Pecados Capitales", sin que fuese reprochado o que su conciencia, en sus comienzos, lo hiciesen entrar en razón por aquellos males que estaba realizando a sus más cercanos, Dorian Gray, era como el "Jack El Destripador" novelesco, que nadie podía hacerle caza y que pagase por sus crímenes; sin embargo, Gray estaba siendo "carcomido " por la angustia de no poder envejecer y expiar su ya atormentada alma, por los pecados humanos que estaba realizando, en otras palabras, Dorian Gray, era un prisionero de su propia imprecación, de su propia condenación al Infierno de sus actos. Su retrato, en sus inicios, estaba intacto, estaba "inmaculado", mácula, que con el correr de los años, comenzaría a encanecer sin remedio, Dorian Gray, con cada año que transcurría, se comenzaba a sentirse viejo, pero no en el aspecto físico, sino que en lo espiritual, en lo moral, en lo "experiencial", deseaba terminar con su monstruosa subsistencia, pero su demonio interior no se lo permitía, sino que lo "arrengaba" a seguir cometiendo atrocidades en pos de su eternidad; aún así, Dorian, con los años, deseaba "redimirse", pretendía terminar con su calvario humano, con su Gólgota existencial, intentaba hacerlo... no obstante, sus impulsos se lo negaban; empero, al final de la novela, Dorian Gray, se da el valor de ir a ver su rostro retratado en su verdadera mocedad, cuando al sacarle la túnica que lo cubría, Dorian mira despavorido lo que realmente le había sucedido a su imagen, ésta se encontraba, putrefacta, vieja y decrépita.




El protagonista, al enterrarle una daga a su retrato, cae muerto al suelo y por arte de magia, su cuadro vuelve a su estado original, a su eterna juventud, pero... a Dorian Gray, se le transmutan todos las flaquezas terrenales que se le habían alojado a su retrato, en su propio cuerpo ya inerte, dándonos como moraleja, que aunque seamos físicamente majos, físicamente perfectos y físicamente jóvenes, lo que realmente importa, es el estado en el que se encuentra nuestra alma, ya que ésta, es el recipiente de todas nuestras acciones, tanto buenas como malas, es como dicha flor que si no se alimenta con el "abono de la virtud", se puede marchitar irremediablemente; en otras palabras, según como procedamos, será el destino de nuestra alma. Lo más curioso de aquel relato, que en cierta medida, tenia algunos "parentescos" con la vida de Wilde, puesto que el escritor, desde su temprana juventud, quiso romper con los esquemas establecidos, pretendió seguir por la senda de lo diferente y eso, le trajo bastantes incomodidades, tanto en lo social, moral y personal, pero que a Óscar, mientras estuvo en el ojo del huracán, eso era de menor cuantía; solamente deseaba ser conocido y admirado por la élite y la créme de la créme de la sociedad victoriana de la época.




Ya en su edad madura, ya casado y con hijos, Wilde se dejó seducir por la belleza rozagante, por la eterna juventud que él ya sabía que, no estaba digno de poseer, se dejó rodear por mancebos aduladores de su arte y genialidad, el veterano Óscar, necesitaba ser admirado, necesitaba ser escuchado por un séquito de pseudos artistas, que solamente deseaban tomar el mejor trozo de aquella carne que se estaba deteriorando, quizás Óscar Wilde, no comprendía todo eso, porque siempre estuvo cercado de alanos, que solamente deseaban manducar la mejor porción de carne de su víctima; lamentablemente Wilde, deseando ser de la Nobleza, simplemente lo que encontró, fue el desprecio de aquellos "sangres azules", de aquellos "Holgazanes De Palacio", que nunca permitieron y aceptaron, en Wilde, como uno de sus "iguales". Pero eso escatimó sus esfuerzos por pertenecer a una sociedad, que se ufanaba de ser de "alto" abolengo sanguíneo, por ende, Óscar se empezó a relacionar con mozalbetes de "cierto" estatus real, en especial, con Lord Alfred Douglas, que sospechosamente se estaba transformando en demasiada "íntima", para una Inglaterra desmesuradamente "puritana", llegando hacer dicho puritanismo muy estructurado, desde que Inglaterra se había separado del seno católico en el Siglo XVI, llevando sus prácticas religiosas - moralistas, hasta el tratar de controlar las mentes de sus ciudadanos; Wilde, sabiendo el riesgo de dicha amistad, no le importó exponerse al escarnio público, solamente deseaba encontrar un amor (para la época victoriana, quién sabe) "distorsionado" por las creencias "imperantes", tanto religiosas como humanas, Óscar, solamente deseaba encontrar el amor, que en su matrimonio ya no hallaba, se sentía renacer en él, como si se tratase de un quinceañero en la plenitud de su búsqueda amatoria - sexual... simplemente este riesgoso camino, lo estaba llevando a un choque frontal, a una caída libre sin derecho arrepentirse.





Asiduamente, creía en la "Estética", en la belleza del arte... y, ¿cómo no puede ser un amor prohibido por la sociedad de aquellos años, como algo hermoso?, se habrá preguntado, quizás, Wilde, que se dio el arrojo de mencionar una vez: "Los poetas han matado el amor, han escrito tanto sobre él, que ya nadie les cree y no me sorprende, el verdadero amor es sufriente y silencioso", su sigiloso amor por "algo" que era a todas luces, cierto "ideal" amoroso, nunca llegaría a buen puerto, pero eso a Óscar ya no le importaba, porque los dados ya estaban echados y su suerte ya estaba sentenciada, por aquel amor que iba en contra de toda naturaleza humana, para algunos de sus más críticos moralistas de su época, que su popularidad en las grandes esferas sociales londinenses, ya estaba siendo menguada por el la tozudez de su amor de adolescente tardío; que a pesar que en todas partes surgían voces que advertían a Wilde de su desgracia, que éste, hacía oídos sordos a las advertencias, en pro de su seguridad. Su osadía, llegó demasiado lejos, llegó a la desfachatez de enfrentar al padre de su amor prohibido, que se vio reflejado en un juicio, Wilde, confiado en su "invencible" oratoria, que no deseó ser representado por un Jurista en el "Juicio De La Década", Óscar, se defendió a sí mismo, bromeó con el estrado, usó ingeniosas frases, se burló de su sociedad tan "victorianizada" y tuvo la insolencia de pronosticar que saldría triunfante de aquel inicuo Juicio en su contra; cuán equivocado estaba Wilde, que, creyendo tener a los dioses a su favor, éstos le dieron la espalda, y por todo lo sucedido, tuvo que purgar una pena de dos años en la cárcel de Londres, por la acusación de "Pederasta" y por "Ofensa A La Moral", moral demasiada farsante, para su gusto, que Óscar siempre intentó destruir, que al final, lo arruinó a él mismo; cuya sarcástica parafernalia, continuamente le estaba advirtiendo que luchar como un "Quijote Solitario", en contra de una sociedad, que por años, había estado estructurada de aquella forma, que tanto molestaba a Wilde; que lamentablemente, lo transformó en un "paria" de su propia obstinación, ante una realidad, que por muy injusta que sea, lamentablemente, era el verismo que ya estaba "afincado" en el Siglo XIX.




Para terminar, Óscar Wilde, fue víctima de su propia obstinación, de su propia porfía, con la intención de arremeter en contra de algo que no le gustaba, terminó por aniquilarse a sí mismo, que lo delegó al rincón del olvido más cruel que puede sufrir un escritor, desgraciadamente, Wilde tenía todos los elementos para salvarse a sí mismo, pero como un "Mesías" del Arte, un "Cristo" de la Estética y la belleza, no hizo nada por ayudarse, que lo mandaron a cargar su propia cruz y ser enterrado en la "prescripción" de la indiferencia y la censura, de una sociedad que antes la había adulado en su juventud, que ahora, en su cercana vejez, era menospreciado y burlado, con decir que, todo aquel que tuviese actitudes sodomitas o "amaneradas", en esos años, era tildado, en forma burlesca como "Óscar", su nombre, tan impoluto para sus padres, ahora era motivo de las burlas más sádicas, que hicieron en Óscar Wilde, una muerte lenta, pero rápida, falleciendo el 30 de Noviembre de 1900, a la edad de 46 años, dejando atrás una herencia de éxitos literarios, que se le escaparon de las manos, después de su fracaso en Tribunales, convirtiéndolo en un hombre, antes de morir: solitario, meditabundo y sufriente; a pesar que nunca perteneció a la corriente de los Poetas Malditos, Óscar, se comportó y vivió como un Maldito, llegando hacer recordado como: EL ESCRITOR MALDITO DEL ESTETICISMO INGLÉS DEL SIGLO XIX.




C. Nobili C. - T.




domingo, 8 de noviembre de 2009

LADY DAY IN MY MIND


"Sabía que me estaba descolgando de la droga cuando no tenía ganas de ver la televisión".
Billie Holiday.

Siempre se ha relacionado al Jazz, con grandes figuras como es el caso de Louis Armstrong, Tolonus Monk, Charlie "Bird" Parker, Ella Fitzgerald, entre otros, pero, a muchos de nosotros se nos olvida la figura de una mujer, que por su vida, la forma del cómo la vivió y de su "marcado" sufrimiento, hizo de su "Tragedia Homérica", su talento más refinado; en donde, sus experiencias, las hacia su válvula de escape, por medio de la música. Referirse a: ELEONOR FAGAN GOUGH, no nos dice nada, pero decir y comentar de: BILLIE HOLIDAY, es hablar de una de las voces más bellas y tristes que nos haya podido legar el jazz y la música en general, ella con su eximio talento vocal, dio cátedra del cómo transformar las tragedias personales, las desgracias humanas en arte, para Billie, ese era su "sello individual", que hasta el día de hoy, es digno de admirar y tratar de comprender los por qué de sus desgracias. Holiday, nacida en Baltimore, Estados Unidos, en el año 1915, perteneció a una "casta" de cantantes, no importando, si se es hombre o mujer, que supo entregar a su "ingrato" público lo que ella sentía y estaba viviendo a lo largo de su corta existencia; Billie siendo una mujer "marginal", captó la manera de transformar su marginalidad en algo aceptado por aquellos que la segregaron en su tiempo, llevándola al pináculo de la música contemporánea, cosa que aún es muy difícil de igualar, Holiday, no quiso convertir su discriminación, en un canto de rabia, sino que en un canto de angustia, que a lo largo de su carrera, era su pan de cada día, no pudiendo alejarse de su inicua existencia, aunque, la fama la acompañase, en forma de una irónica verdad absoluta y espasmódica, no permitiéndole a ella, darse cuenta, que simplemente, era un "producto comercial" muy rentable, para aquellos inescrupulosos, que solamente veía en ella, la forma de generar más dinero del que ya poseían.






Revisar su carrera artística, es hojear su propia vida, es como estar escuchando en su música, los pasajes más escabrosos de su atormentada existencia, de que tenía ella un talento inigualable, de eso no cabe dudas, pero... por qué ella no hizo nada por enmendar su retorcido sendero?... quizás se deba a que ya la droga la tenía consumada al máximo, ella era un fiel reflejo de aquellos marginales de su tiempo, que se refugiaban en los alucinógenos, con el fin de mitigar sus dolores más infernales; Billie siempre quiso ser una mujer independiente, pero vendió al mejor postor su independencia humana, cayendo en excesos exorbitantes, cayendo en decadencias humanas difíciles de describir, simplemente, ella era Billie Holliday y ese era su destino. Haciendo un paréntesis al respecto de su vida, cada letra de sus canciones, son como el trinar de una "alondra herida", de un "zorzal agonizante", que como toda Ave Fénix, resurgía en cada compás de las cenizas de su propio Infierno Humano; su trayectoria, al final de sus días, se estaba cayendo a pedazos, pero ella, estoicamente seguía erguida como diciendo:
"No me vencerán!!!"... pero su época de oro estaba llegando a su fin en forma estrepitosa.






Ella vivió entre prostitutas y proxenetas, que fueron su "fuente de inspiración", a su vez, vivió en una época en donde la "segregación racial", era "cosa de Estado Nacional", pero a Holiday, a pesar de esos inconvenientes raciales y sociales, no le impidieron que realizara y expandiera su "veta artística" (que la había encontrado casi en forma fortuita), llevándola a los escenarios y auditorios más prestigiosos, en donde su voz, estaba siendo "reconocida", por un público ansioso de buena música; aún así, Billie cargaba con el "estigma" de pertenecer al GÜETO de los desposeídos, ella lo comprendió a la perfección e hizo de esta marca indeseada, su "caballito de batalla". Ella podría haber sabido aprovechar aún más sus condiciones artísticas, pero tuvo la mala fortuna de rodearse de malos consejeros, de malas juntas, que la llevaron por un espiral de angustiante agonía y decadencia; Billie Holiday, se le conoció en sus comienzos como: LADY DAY, por ser una mujer, que a pesar de su condición de marginal, no perdía su talante de dama que ella siempre quiso tener; pero el camino ya estaba tranzado y Holiday no tenia escapatoria alguna, estaba atrapada por sus propios vicios humanos, que estaban carcomiendo, no sólo su cuerpo, sino que, a su vez, su espíritu cada vez más atormentado.






Durante su carrera, Holiday fue adicta a la HEROÍNA, droga que fue mermando su cuerpo rápidamente, mientras ella vivía su propio caos interno, no obstante, cuando estaban de moda las BIG BAND, su voz alcanzaba sitiales casi mitológicos, todos deseaban oírla cantar, pero Billie, simplemente quería ser amada, ser respetada y valorada por aquellos que decían amarla, su tristeza la enfocaba en sus letras y su adicción a las drogas, en su Karma, aunque estaba decayendo artísticamente, su leyenda estaba cimentándose a pasos agigantados y robándole a ella su propio yo, su propia vida; eso a Billie Holiday ya no le importaba, ya no le interesaba, puesto que se hallaba desilusionada de todo y de aquellos que le habían prometido lo imprometible... simplemente, se estaba "apagando" su estrella musical. Holiday soñaba con ser aceptada por todos, pero sin embargo, en el ambiente que estaba envuelta, eso sería muy difícil de conseguirlo, aunque tuviese que ignorar la realidad y buscar en sus fantasías aquello que jamás encontraría en su vida: el VERDADERO AMOR, simplemente ella era un producto de valioso valor para sus explotadores, eso Billie, quién sabe, lo comprendía a la perfección, a pesar que ella era un ser de frágiles emociones, se "acorazaba" en pos de su música y sus ideales; a sabiendas que ya no tenía vuelta atrás.




Lo más triste de todo, es que Holiday a sabiendas que todo estaba perdido, ella seguía aferrada a su ideal, a su sueño, no importándole que la siguiesen "explotando" en forma vil y sin tapujos, Billie simplemente creía en el poder de la música, aunque la música ya no creyese en ella, simplemente, Billie Holiday, fue víctima de su propia obstinación por alcanzar el reconocimiento, que tan esquivo le fue desde siempre, las aves carroñeras seguía arrancándoles sus entrañas, pero Holiday, como buena amante de su música, se entregaba, como si fuese un Prometeo del Siglo XX, para que le arrancasen sus vísceras y que éstas reviviesen día a día, para recordarle su funesto dolor existencial; Billie, simplemente, se había entregado por completo a su arte. Su genialidad musical, la acompañaba con un barniz de maldición, que no la dejaba salir a delante con lo que ella sabía hacer, con lo que ella sabía mejor interpretar: su atormentada vida, llevada al canto más desgarrador, al final de sus días, ella lo único que buscó incesantemente, fue la comprensión de su existencia, la redención de sus actos, pero lo que solamente encontró, fue la indiferencia de sus pares, de su círculo más cercano y de ella misma.






Al terminar, ella encontró su perdón, quizás, en el lecho de su muerte, el 17 de Julio de 1959, a la temprana edad de 49 años, ya tenía su vida y su carrera artística acabada, ya estaba a merced de los "Mercenarios De La Desgracia Humana", pero Billie Holiday, no habrá encontrado lo que ella siempre deseo hallar, pero, gentilmente nos legó su prístina voz atormentada, su decadencia humana, sus inconclusos sueños y su desgastado cuerpo, que afanósamente lo fue matando a lo largo de su vida, sin saber, que ocuparía el Mausoleo de los Artistas Malditos, porque ella, naturalmente, ella... era... BILLIE HOLIDAY.






C. Nobili C. - T.

viernes, 6 de noviembre de 2009

AL ESTE DEL INFIERNO


"Vive rápido, muere joven y deja un hermoso cadáver".
James Dean.

En el espectro del cine, han habido actores y actrices que han descollado por su talento en las tablas y en el cine, pero muy pocos han logrado la tacha de "leyenda" con simplemente su trágica vida; pero ésta, con una corta presencia en el cine, dejó una brecha muy difícil de alcanzar por las generaciones posteriores. Dean, nacido el 8 de Febrero de 1931, dejó como legado una vida rápida y sin contratiempos, él solamente deseaba vivir su vida a la manera que más lo acomodara, simplemente la vida vivió como la vivió James Dean, durante su existencia, James, simplemente; "encarnó" su propia vida llevada a las tablas y al cine, Dean supo interpretar su mejor papel: LA DE SU PROPIA TURBULENTA VIDA JUVENIL. Hablar de James Dean, es comentar sobre una generación post II Guerra Mundial, llena de frustraciones, esperanzas y la de querer desligarse de todo el antiguo Stabliment de una generación ya pasada de moda, con gustos ya anacrónicos y sin el atractivo para una horda de sedientos y ambiciosos jóvenes, deseosos de marcar su propia presencia; James se ajustó a todos los estereotipos que aquella juventud deseaba ser representada; lo curioso de todo esto, eso sí, que Dean solamente estaba de paso, estaba solamente de "visita" por este mundo, simplemente fue una estrella fugaz para aquella juventud, que había encontrado en él, el bálsamo de sus rabias, en el licor de sus sueños. James, sin proponérselo, llenó ese espacio, que dicha juventud anhelaba poseer, Dean, solamente quería expresar sus emociones, deseaba dar a conocer su arte, aspiraba que todos conociesen su tragedia SHEKIESPIANA; pero a nadie le interesaba eso, solamente lo veían a él como un "producto de MARCHEDING" para los grandes estudios de Hollywood. Lo que llama, eso sí, mucho la atención, es que James cumplió con las expectativas de una industria hambrienta de nuevos ídolos "TEENAGERS", teniendo en Dean, a su "chivo expiatorio", en su animal para el sacrificio, en cambio, Dean, deseaba que conociesen su arte, que supiesen de su existencia, que valoraran sus actuaciones, sin embargo, todos hacían "oídos sordos" a sus peticiones, todos estaban interesados en sacar partido de su desgracia; era el APOLO del cine, era el THOR de la actuación, pero él solamente se consideraba un actor con expectativas de superarse a sí mismo, de llegar, cuánto antes, a la inmortalidad. Su vida llena de caos, tanto en lo personal, como en lo amoroso (no debemos olvidar, su tormentosa relación con la actriz Pier Angeli), dieron pauta para sus personajes más recordados del celuloide de aquellos años y de la posterioridad, que supo reflejar a la perfección en sus papeles, como en: Gigante, Rebelde Sin Causa y Al Este Del Paraíso, dando la pauta del cómo lograr un personaje atormentado por sus propios miedos e inseguridades, dejando a la vista del espectador, su propia decadencia y sus propias frustraciones humanas; y cómo compensaba sus falencias y vacíos?... corriendo rápidamente, dejando que la velocidad fuese su amante, su confidente y su "Espada De Dámocles", que pendía de un hilo, en su cabeza, como recordándole de su corta existencia.





Lo que no debemos olvidar, sin lugar a dudas, es que en todas sus actuaciones en la gran pantalla, son muy "planas", muy "estereotipadas", como que cada personaje que interpretó en el cine, se parecen mutuamente:
ATORMENTADOS, SOLITARIOS, INCOMPRENDIDOS, MALTRATADOS, entre otros aspectos, pero... entonces qué era lo tenía Dean, que llamaba tanto la atención, a parte de su atractivo (cosa que era innegable), muchos han dicho que su "carisma", pero un carisma llevado con indiferencia hacia todo lo que rodeaba su vida, como si tuviese un "asco interno" hacia todo y a todos, no es menor, que en la industria del cine lo conociesen por el apodo de: PEQUEÑO BASTARDO y sin embargo, James, en ves de molestarle ese alias, lo tomó como propio y en forma de burla, bautizó a su Porche Spider con dicho nombre. Su preparación en el Astor Studio, le dio las herramientas necesarias para poder dar rienda suelta a ese "animal actoral" que tenía aprisionado en su interior, su imagen de hombre solitario y despreocupado, dejó una impresión que hasta nuestros días, muchos han tratado de imitar, pero que solamente James, podía llevarlo al cenit de su interpretación, en lo personal, como en la actuación, aún así, su corta existencia, llenó muchos vacíos que antes habían sido olvidados, Dean fue el RODOLFO VALENTINO de los años 50's, que curiosamente, ambos estaban conectados por la tragedia, por la idolatría y la soledad, pero que cada uno, a su manera; supo ponerle su propio sello personal. Una vez dijo: "
Creo que sólo hay una forma de grandeza para el hombre. Es cuando un hombre puede salvar la brecha entre la vida y la muerte. Quiero decir, si puede vivir después de que ha muerto, entonces tal vez fue un gran hombre. Para mí el único éxito, la única grandeza, es la inmortalidad", sentencia que se cumplió a la perfección en forma macabra e irónica, ya que sin tener una gran trayectoria cinematográfica, logró lo que muchos actores se han demorado en años, conseguir la tan anhelada inmortalidad, en este mundo tan bueno para olvidar la memoria de los que han hecho algo tan trascendental (en mayor o menor escala, eso no es lo que realmente importa) para la Humanidad, aunque James no hizo grandes cosas en su corta vida, él fue un tocado por la varita del estrellato, que muchas veces, es muy esquiva con aquellos que sí se la merecen, pero en dónde encaja Dean en todo esto?... realmente muchos no pueden dar una explicación clara sobre el asunto; realmente, James Dean, es un caso de raro proceder en la industria del cine. Dean en la plenitud de su vida de joven, lo quería todo, pero todos no querían mucho de él, solamente deseaban sacar partido de su talento (si es que la tuvo) actoral, él deseaba ser reconocido como un actor serio, un actor de "carácter", pero los productores solamente querían exprimir su agónico sufrimiento, cosa que nos da una perspectiva de incómodo individualismo, de repugnante egoísmo, por parte de aquellos poderosos de la Industria.




James, jamás pensó que en su corta carrera cinematográfica, dejaría alguna huella, no sólo a su generación, sino que, después de 54 años, aún se le recuerde (para bien o para mal), pero aún se habla de él, aún se proyectan sus únicas tres películas (ahora por televisión), que aún su imagen y tragedia, sea producto del mercadeo más ingrato, que en cada década, salga a luz pública algún actor que se crea o le hagan la odiosa comparación con su figura, que aún se hagan una infinidad de libros en torno a su persona, como también un innumerable cantidad de documentales hasta saturar su nombre, sin embargo, Dean sigue "intacto" en la retina de aquellos que han deseado saber qué habría sido de James Dean, si no hubiese sufrido aquel accidente automovilístico en su Porche Spider, el 30 de Septiembre de 1955; siempre esa incógnita nunca va hacer resuelta, porque aunque solamente vivió hasta los 24 años, James los vivió "intensamente", como sabiendo que pronto iría a su propio PANTEÓN de aquellas estrellas caídas en desgracias.





No queda más que decir: James Dean, quiso la inmortalidad, pero no de la forma fatídica que todos ya sabemos, sino que la deseaba por medio de su arte, de su "expresión artística", pero el destino, como lo fue siempre en su vida, le fue mezquino y cruel, no dejándolo "saborear" aquel triunfo del estrellato, sino que le regaló algo más que todos anhelamos: LA ETERNA JUVENTUD, pero marcada por la "varita" de la maldición.

C. Nobili C. - T.